Un dialecto es una variedad de una determinada lengua que se distingue claramente de aquellas que se emplean en otras zonas geográficas. Por ejemplo, los habitantes de las islas Canarias suben a la guagua igual que los chilenos, en tanto que los hablantes del español en la península Ibérica lo hacen al autobús. Entre aquellos que hablan el mismo dialecto geográfico, existen otras variedades lingüísticas que dependen de situaciones específicas. Un caso diferente es el de los lenguajes especiales que emplean profesionales o gremios (abogados, médicos, labradores, artesanos y otros) cuando hablan de su profesión, o grupos sociales (jóvenes, marginados) que se sirven de un lenguaje informal bien como afirmación generacional o para no ser entendidos por personas ajenas a ellos; en general, este modo de expresión se denomina argot. Un argot compuesto por toda una terminología especializada que utilizan los miembros de una determinada profesión, sin connotaciones peyorativas, es lo que constituye una jerga. La emplean los abogados, médicos, los pescadores y los críticos, por citar algunas profesiones. También se considera jerga o germanía al lenguaje del mundo del hampa. Sin embargo, el empleo de los términos argot, jerga y germanía varía según los autores.