Sea cual sea la comunicación que establecen los seres humanos por medio de la lengua, los gestos o los signos, debe cumplir el mismo proceso: adecuarse al pensamiento que se quiere transmitir; sin embargo, las lenguas que se hablan en el mundo, aunque cumplen con esa finalidad, difieren ampliamente entre sí tanto en sus sistemas fonéticos como en sus estructuras gramaticales