La norma lingüística

La lengua escrita del lenguaje goza de un prestigio mayor que la oral y suele tener una complejidad gramatical y un léxico más preciso. Así pues, la norma escrita, que se suele denominar literaria, suele influir en el habla de la población escolarizada. En ciertas situaciones, esos hablantes intentarán imitar la norma escrita e, incluso, por razones de cultura, evitarán el empleo de sus usos orales, que relegan para las situaciones menos relevantes. En los países árabes, por ejemplo, las personas cultas emplean la norma del árabe clásico tanto en el habla como en la lengua escrita, mientras que las personas menos instruidas sólo emplean el árabe coloquial. El uso de dos variedades de la misma lengua y por un único hablante en situaciones distintas se denomina diglosia. Son diglósicos los hablantes que emplean la norma literaria como lengua oral si están en público, y su norma nativa regional cuando están entre amigos (como ocurre con los suizos germano-hablantes).

La norma en una lengua es aquella variedad que se ha convertido en dominante; esta situación puede darse por razones políticas y es la legislación o las costumbres las que la consagran. La norma lingüística es la que rige la escritura, esto es, es la variedad literaria de la comunidad de hablantes o, al menos, la que posee una norma ortográfica o un conjunto de materiales escritos en ella. Cuando se enseña una lengua, se enseña la norma lingüística y quienes la aprenden no pueden incorporar sus propios hábitos personales.


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